Trucos para limpiar tu horno después de las fiestas

El Roscón de Reyes, el pavo de Nochevieja, la lubina de Navidad… tu horno también necesita reponerse del estrés de las fiestas en el que, seguramente, ni te ha dado tiempo a limpiarlo a fondo. Ya es hora.

El supermercado –y cualquier droguería– abastece de multitud de productos para una correcta limpieza. A nosotros, sin embargo, nos gusta recurrir a métodos caseros que, cuanto menos, nos parecen igual de eficaces, pero, eso sí, menos contaminantes.

Y, por supuesto, baratos. El limón, el bicarbonato o el vinagre son remedios naturales que ayudan a desengrasar. Y de siempre han tenido su sitio en la cocina. Los hornos  –a excepción de los que incorporan la función autolimpiado, aunque aún así es recomendable también someterlo a estos remedios caseros– son ideales para comprobar que no estamos hablando de leyendas urbanas.

Trucos para limpiar tu horno después de las fiestas

La limpieza del horno es una tarea que necesitaríamos hacer con más regularidad de la que, realmente, hacemos. Un horno limpio no solo garantiza una mejor salud, sino que también favorece una larga vida a este electrodoméstico, imprescindible en nuestro hogar.

Sin embargo, el recurso constante a productos químicos, lejos de favorecerlo, puede también dañarlo. Por eso, nos gusta recomendar estas soluciones naturales que, digámoslo así, no son tan agresivas, no ya con la protección del medio ambiente, sino con nuestro propio horno.

Elegir una u otra de estas soluciones no tiene que ver tanto con su eficacia, sino con nuestras preferencias: por su olor, por su tacto… en general, cada una de ellas es una buena opción. Aunque no siempre se adaptan a nuestras necesidades.

No hay regla general, pero también podemos elegir según el tipo de uso que le damos al horno a veces rinde más una solución que otra: el limón si lo empleamos básicamente con pescado, el vinagre si lo que solemos asar es carne, el bicarbonato si nos gusta las tartas y los bizcochos… A veces funciona mejor mezclar vinagre y bicarbonato…

Junto a ellos también podemos recurrir a otras soluciones como el uso de la levadura en vez de bicarbonato o la sal gruesa, casi siempre unida al bicarbonato, en vez del vinagre si no soportamos su intenso olor. Aunque estas soluciones nos gusta menos emplearla.

En cualquier caso, todas estas soluciones se deben hacer con el horno ya precalentado a una temperatura en torno a 200º durante diez minutos. Con eso debería ser suficiente. Y recuerda. No son excluyentes. Según el nivel de suciedad: limón, vinagre, bicarbonato sódico… o vinagre y bicarbonato.

Limón

Nuestra tierra es pródiga en limoneros. Así que nada mejor que coger del árbol unos cuantos limones y explorar sus propiedades desinfectantes, desengrasantes y antisépticas. Si bien al emplear el limón lo que proporcionamos, ante todo, es un eficiente desodorante, es decir, elimina el mal olor. Sobre todo, el que nos deja el pescado.

Trucos para limpiar tu horno después de las fiestas

Poned en la bandeja (o mejor aún, en algún recipiente apto para el horno sobre la rejilla) el zumo de dos o tres limones, y déjalo a 200º durante media hora. Sin embargo, hay que tener una serie de precauciones para evitar que se queme el zumo del limón, lo que suele ocurrir si nuestro horno es antiguo y no es digital.

A 250º el zumo del limón se va a quemar con toda seguridad, incluso a 200º es posible si nuestro horno no regula correctamente la temperatura. Bajad entonces a 150º (o incluso a 120º), ya que lo que buscamos es que el zumo de limón hierva simplemente… y de paso también nos aromatice toda la cocina.

Pero, atención, si no queremos correr el riego de que se queme el zumo también podemos añadirle agua en proporción de tres partes de agua por cada una de limón, o incluso mitad y mitad. Si es así también podemos dejar la cáscara de, al menos, un limón en el recipiente. Siempre ayuda…

No es una fórmula tan efectiva, pero funciona. Cuando el horno ya lo permita (que no esté completamente frío, y aún permanezca el vapor dentro del horno) pasad una bayeta por las paredes.

Vinagre

El vinagre tiene, en comparación con el limón, mayores propiedades antibacterianas y desengrasantes, por supuesto también antisépticas. Pero en contra tiene su olor, que en muchas casas no gusta. Pero es radicalmente efectivo.

Trucos para limpiar tu horno después de las fiestas

La primera pregunta a la que nos enfrentamos es, sin embargo, ¿qué tipo de vinagre? Evidentemente hay que descartar el que nos venden para su uso desinfectante, básicamente para la limpieza de baños y fregaderos. Es preferible utilizar alguno de uso comestible.

En general, se suele recomendar el vinagre de manzana, entre otras razones por su olor, menos invasivo, al que solemos ser más tolerante. Sin embargo, es preferible usar un vinagre de vino, evidentemente, estando donde estamos un vinagre del Marco de Jerez o, mejor aún, de vino de Chiclana, una de las estrellas de nuestra gastronomía.

Con el horno precalentado los diez minutos a 100 o 120º (ojo, y ¡ya apagado!,), lo mejor es echar el vinagre en un pulverizador y con él ir cubriendo sus paredes. Inmediatamente, limpiar con una bayeta ligeramente humedecida. Repetir si es necesario (que lo será).

También podemos hacer esta operación rebajando el vinagre con agua (hasta un máximo de tres de agua por una de vinagre) si queremos evitar su fuerte olor, pero que conste que también estaremos rebajando su eficacia.

Hay quien recomienda usar el vinagre igual que con el limón: es decir, ponerlo en la bandeja o en algún recipiente durante treinta minutos a 200º. No nos gusta demasiado porque no nos parece más efectiva, pero de hacerlo hay que tener la precaución de rebajar siempre el vinagre con agua (no es necesario que esté caliente).

Y al igual que con el limón vigilar que no se evapore del todo, y si es necesario bajar la temperatura hasta 120º. Lo que no vamos a ahorrarnos es pasar la bayeta humedecida y con fruición.

Bicarbonato

¿Qué se limpia con bicarbonato en una cocina…? Prácticamente todo, y el horno no iba a ser menos. Es una solución recomendable en caso de suciedad, digamos, exagerada. Aunque, particularmente, en el caso del horno, es preferible usarlo en combinación con otros remedios, como el vinagre.

Trucos para limpiar tu horno después de las fiestas

La solución quitagrasa más usual es simplemente pulverizar agua tibia y bicarbonato sódico en proporción cuatro a uno. O podemos simplemente añadir una cucharada de bicarbonato al pulverizador de vinagre y agua (ojo… con la espuma).

Pero el bicarbonato es más eficaz si se da directamente. Por ejemplo, si en la base del horno tenemos restos quemados o con manchas de grasa incrustadas. Entonces se puede, simplemente, esparcir directamente el bicarbonato y después rociarlo con el pulverizador con vinagre rebajado con agua. Así lo dejamos actuar durante unas dos horas y después lo limpiamos.

Si no quieres usar vinagre, en vez de usarlo seco convierte el bicarbonato en una pasta al mezclarla con un poco de agua en proporción de cinco a uno. También puedes hacerla más líquida añadiendo más agua (hasta mitad y mitad, como máximo). A más suciedad, más bicarbonato. La pasta la puedes esparcir con una esponja o un trapo a las paredes del horno.

El tiempo es proporcional a la suciedad. Hay quién recomienda incluso dejarlo durante doce horas, pero no es necesario. Basta con unas dos horas. Y el horno, recuerda, apagado… Puedes repetir la operación una o dos veces más.

Otra solución con bicarbonato y vinagre, útil también para paredes del horno que no salen solo con el vinagre, es hacer una pasta mezclando diez cucharadas de vinagre, cuatro de agua y tres de vinagre, que debe añadirse muy poco a poco, porque la reacción química a esta mezcla produce espuma.

La mezcla la dejamos actuar con el horno apagado una hora (o lo calentamos a baja temperatura diez minutos para acelerar el proceso) y aclaramos con el pulverizador de vinagre y agua, limpiamos y, finalmente, frotamos con la bayeta. Debe salir la grasa acumulado con relativa facilidad… Hay quien sugiere emplear levadura en vez de vinagre. No lo hemos probado, porque necesitaríamos cantidades ingente de levadura y, además, no estamos convencidos de su resultado. Puestos a sustituir, además, hemos visto que también hay quien sugiere sustituir en la combinación con el bicarbonato el vinagre por sal gruesa.

Un modo eficaz de actuar sin olor, pero también menos eficaz. Evidentemente, en este caso, hay que dejar diluir por completo la sal, que si no araña…

En todo este proceso, es posible, como hemos dicho, que observes que tu horno no regule las temperaturas de una manera rigurosa… entonces podríamos estar hablando de que necesite reparación. O incluso cambiarlo. Pero de esto hablaremos en nuestra próxima entrada.

¿Vitrocerámica o placa de inducción?

¿Estás pensando en renovar tu cocina y a la hora de cambiar tu placa no sabes si decidirte por una vitrocerámica o por una de inducción?

Desde M. J. Suazo queremos ayudaros y resolveros las dudas, describiendo cada una de ellas y resaltando sus ventajas e inconvenientes, para que así, según tus necesidades, te sea más fácil tomar la decisión.

Para empezar, debemos saber la diferencia entre cada una de ellas. La vitrocerámica es un sistema de cocina eléctrica basado en una placa lisa de cerámica que tiene las propiedades del vidrio y muy resistente a altas temperaturas, además de tener también una rápida capacidad para transmitir ese calor. La superficie es de cristal y tiene de dos a cuatro resistencias en forma circular y de diferentes tamaños. Se enciende con un botón y transmite calor a la superficie, permitiéndote regular la potencia y por lo tanto el calor.

¿Vitrocerámica o placa de inducción?

Por otro lado, la placa de inducción funciona por un imán que se calienta a través de la electricidad. Estas cocinas son más modernas, ya que calientan la comida a través de un campo magnético y solo transmite el calor al recipiente que está encima en ese momento. Al igual que la vitrocerámica, tiene una superficie de cristal liso y se enciende con un botón, la diferencia es que calientan más rápido que la vitrocerámica y el calor se disipa al momento.

Las ventajas de la vitrocerámica son las siguientes:

  • Su superficie es fácil de limpiar: al ser una superficie lisa, los restos y las salpicaduras se eliminan fácilmente.
  • El calor se distribuye gradualmente: las resistencias no se calientan de inmediato, se hace progresivamente. Esto beneficia para el cocinado de muchos alimentos, ya que no se cocinan bien con un calor inmediato e intenso.
  • Otra de las ventajas más importantes es la utilización de recipientes: la vitrocerámica acepta todo tipo de superficies y es apta para todo tipo de recipientes.
  • Se puede aprovechar el calor: al distribuir el calor de forma progresiva, cuando apagas el botón y dejas de consumir electricidad, aún la resistencia sigue caliente, por lo que puedes aprovechar ese calor para terminar de cocinar o calentar los alimentos.

Por otro lado, la vitrocerámica tiene también inconvenientes que cabe mencionar para poder elegir correctamente y sabiendo todo lo que necesitas:

  • Lo que en algunas ocasiones podemos considerar una ventaja, en otras se puede convertir en un inconveniente. Que la resistencia se caliente de forma progresiva y tarde en hacerlo, puede convertirse en algo molesto por el tiempo de espera.
  • Al igual que tarde en calentarse, la resistencia tarda en enfriarse. Esto puede ser un inconveniente para el cocinado de algunos productos, ya que debemos estar pendientes de que no se nos queme la comida, a pesar de haber apagado la vitrocerámica.
  • El peligro del calor. Al tardar en enfriarse, puede ser peligrosa para los niños, ya que pueden ver apagada la vitrocerámica y sin embargo seguir quemando.
  • Por último y no menos importante, el gasto eléctrico. Al ser más lento el calentamiento, necesitas gastar más electricidad para el cocinado, por lo que el consumo y el gasto económico, será mayor.

¿Vitrocerámica o placa de inducción?

Las placas de inducción tienen también muchas ventajas. Las que consideramos más destacables son las siguientes:

  • La superficie es fácil de limpiar: al igual que la vitrocerámica, la placa de inducción es muy fácil de limpiar, ya que la superficie es lisa y los restos y salpicaduras se eliminan fácilmente.
  • Calienta mucho más rápido: al no utilizar resistencia y obtener el calor a través de un campo magnético, éste actúa rápidamente sobre el recipiente de metal. Es tan eficaz como el microondas.
  • Control de temperatura: al no tardar en calentarse, ni en enfriarse, la placa de inducción te permite ser muy preciso en el control de la temperatura.
  • Más seguro para niños y mayores: gracias al punto anterior, a poder controlar la temperatura de forma precisa y no tardar en enfriarse, es mucho más segura para todas las personas que viven en el hogar, sobre todo, los más pequeños, ya que es más difícil quemarse debido al rápido enfriamiento al apagarla.
  • Gasta menos energía. Al calentar y enfriarse más rápido, el consumo de energía y electricidad es mucho menos, por lo que verás que el gasto es más bajo en la factura de la luz.

A pesar de todas estas ventajas que parecen ser más innovadoras y superiores a la vitrocerámica, la placa de inducción tiene algunos inconvenientes muy importantes

  • Al no calentar progresivamente, el calor es más fuerte mucho más rápido, por lo que muchos alimentos que necesitan calor progresivo, deben cocinarse con mucho más cuidado y debemos estar más alertas para no quemarlos.
  • Recipientes específicos: aunque cada vez hay más oferta de recipientes aptos para este tipo de placas, no todos son válidos, por lo que es probable que si pones inducción en tu casa por primera vez, casi ninguno de los recipientes que tengas te valga y tengas que renovarlos.
  • Los recipientes de cocina tradicional no están indicados para las placas de inducción, por lo que las ollas de barro de cocina artesanal, por ejemplo, no pueden utilizarse.
  • A pesar de que ahorramos dinero en la factura de la luz con este tipo de placas, el coste inicial es mucho mayor, ya que puede costar casi el doble que una vitrocerámica. Para saber si te compensa económicamente y te va a salir o no rentable, debemos calcular el uso que vamos a para que a la larga, con el ahorro en la factura, nos compense el gasto inicial.

¿Vitrocerámica o placa de inducción?

Desde M. J. Suazo esperamos que con toda esta información, te sea más fácil tomar una decisión a la hora de escoger una u otra para tu cocina.

Si necesitas más información o tienes dudas al respecto, no dudes en preguntarnos, estaremos encantados de atenderte.

Kuhn Rikon: la innovación en la cocina

Kuhn Rikon es una multinacional suiza líder mundial en la fabricación y diseño de menaje de alta gama, donde M. J. Suazo López somos distribuidor oficial, tanto de sus productos como de sus recambios.

La calidad de la materia prima y de los procesos de producción y la innovación aplicada a sus productos son sus características distintivas. Presente en España desde hace 30 años.

Uno de sus productos estrella es Duromatic un punto de referencia claro para ollas a presión: las comidas se pueden preparar rápidamente, fácilmente y con cuidado. Tres sistemas de liberación garantizan la seguridad. El sistema de bloqueo de tapa permite abrirla siempre y cuando no hay presión en la olla. Los materiales elegidos garantizan una larga vida del producto.

Duromatic

Otro producto revolucionario es la batería térmica Durotherme, donde la comida se calienta rápidamente con un poco de agua gracias a la inteligente doble pared de la batería, y luego se cocina sin energía adicional gracias al acabado de la sartén. Esto es muy saludable, ya que el alimento conserva sus vitaminas y minerales, y a que necesita menos condimentos. Además, ¡La comida cocinada se mantendrá fresca y caliente durante dos horas!

Durotherm

Además de baterías de cocina, sartenes, cuchillería y accesorios de cocina.

Y por último, especialmente pensada para las pequeñas manos de los grandes exploradores de La casa: KINDERKITCHEN de Kuhn Rikon. ¡NO son juguetes! ¡Son verdaderos utensilios de cocina para niños!
Los requisitos esenciales en su diseño han sido: motivos infantiles para divertirse cocinando; otorgar una función a cada utensilio para que aprendan a manejarlos, y sobre todo la seguridad para que no resulten peligrosos en la manipulación.

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