Trucos para limpiar tu horno después de las fiestas

El Roscón de Reyes, el pavo de Nochevieja, la lubina de Navidad… tu horno también necesita reponerse del estrés de las fiestas en el que, seguramente, ni te ha dado tiempo a limpiarlo a fondo. Ya es hora.

El supermercado –y cualquier droguería– abastece de multitud de productos para una correcta limpieza. A nosotros, sin embargo, nos gusta recurrir a métodos caseros que, cuanto menos, nos parecen igual de eficaces, pero, eso sí, menos contaminantes.

Y, por supuesto, baratos. El limón, el bicarbonato o el vinagre son remedios naturales que ayudan a desengrasar. Y de siempre han tenido su sitio en la cocina. Los hornos  –a excepción de los que incorporan la función autolimpiado, aunque aún así es recomendable también someterlo a estos remedios caseros– son ideales para comprobar que no estamos hablando de leyendas urbanas.

Trucos para limpiar tu horno después de las fiestas

La limpieza del horno es una tarea que necesitaríamos hacer con más regularidad de la que, realmente, hacemos. Un horno limpio no solo garantiza una mejor salud, sino que también favorece una larga vida a este electrodoméstico, imprescindible en nuestro hogar.

Sin embargo, el recurso constante a productos químicos, lejos de favorecerlo, puede también dañarlo. Por eso, nos gusta recomendar estas soluciones naturales que, digámoslo así, no son tan agresivas, no ya con la protección del medio ambiente, sino con nuestro propio horno.

Elegir una u otra de estas soluciones no tiene que ver tanto con su eficacia, sino con nuestras preferencias: por su olor, por su tacto… en general, cada una de ellas es una buena opción. Aunque no siempre se adaptan a nuestras necesidades.

No hay regla general, pero también podemos elegir según el tipo de uso que le damos al horno a veces rinde más una solución que otra: el limón si lo empleamos básicamente con pescado, el vinagre si lo que solemos asar es carne, el bicarbonato si nos gusta las tartas y los bizcochos… A veces funciona mejor mezclar vinagre y bicarbonato…

Junto a ellos también podemos recurrir a otras soluciones como el uso de la levadura en vez de bicarbonato o la sal gruesa, casi siempre unida al bicarbonato, en vez del vinagre si no soportamos su intenso olor. Aunque estas soluciones nos gusta menos emplearla.

En cualquier caso, todas estas soluciones se deben hacer con el horno ya precalentado a una temperatura en torno a 200º durante diez minutos. Con eso debería ser suficiente. Y recuerda. No son excluyentes. Según el nivel de suciedad: limón, vinagre, bicarbonato sódico… o vinagre y bicarbonato.

Limón

Nuestra tierra es pródiga en limoneros. Así que nada mejor que coger del árbol unos cuantos limones y explorar sus propiedades desinfectantes, desengrasantes y antisépticas. Si bien al emplear el limón lo que proporcionamos, ante todo, es un eficiente desodorante, es decir, elimina el mal olor. Sobre todo, el que nos deja el pescado.

Trucos para limpiar tu horno después de las fiestas

Poned en la bandeja (o mejor aún, en algún recipiente apto para el horno sobre la rejilla) el zumo de dos o tres limones, y déjalo a 200º durante media hora. Sin embargo, hay que tener una serie de precauciones para evitar que se queme el zumo del limón, lo que suele ocurrir si nuestro horno es antiguo y no es digital.

A 250º el zumo del limón se va a quemar con toda seguridad, incluso a 200º es posible si nuestro horno no regula correctamente la temperatura. Bajad entonces a 150º (o incluso a 120º), ya que lo que buscamos es que el zumo de limón hierva simplemente… y de paso también nos aromatice toda la cocina.

Pero, atención, si no queremos correr el riego de que se queme el zumo también podemos añadirle agua en proporción de tres partes de agua por cada una de limón, o incluso mitad y mitad. Si es así también podemos dejar la cáscara de, al menos, un limón en el recipiente. Siempre ayuda…

No es una fórmula tan efectiva, pero funciona. Cuando el horno ya lo permita (que no esté completamente frío, y aún permanezca el vapor dentro del horno) pasad una bayeta por las paredes.

Vinagre

El vinagre tiene, en comparación con el limón, mayores propiedades antibacterianas y desengrasantes, por supuesto también antisépticas. Pero en contra tiene su olor, que en muchas casas no gusta. Pero es radicalmente efectivo.

Trucos para limpiar tu horno después de las fiestas

La primera pregunta a la que nos enfrentamos es, sin embargo, ¿qué tipo de vinagre? Evidentemente hay que descartar el que nos venden para su uso desinfectante, básicamente para la limpieza de baños y fregaderos. Es preferible utilizar alguno de uso comestible.

En general, se suele recomendar el vinagre de manzana, entre otras razones por su olor, menos invasivo, al que solemos ser más tolerante. Sin embargo, es preferible usar un vinagre de vino, evidentemente, estando donde estamos un vinagre del Marco de Jerez o, mejor aún, de vino de Chiclana, una de las estrellas de nuestra gastronomía.

Con el horno precalentado los diez minutos a 100 o 120º (ojo, y ¡ya apagado!,), lo mejor es echar el vinagre en un pulverizador y con él ir cubriendo sus paredes. Inmediatamente, limpiar con una bayeta ligeramente humedecida. Repetir si es necesario (que lo será).

También podemos hacer esta operación rebajando el vinagre con agua (hasta un máximo de tres de agua por una de vinagre) si queremos evitar su fuerte olor, pero que conste que también estaremos rebajando su eficacia.

Hay quien recomienda usar el vinagre igual que con el limón: es decir, ponerlo en la bandeja o en algún recipiente durante treinta minutos a 200º. No nos gusta demasiado porque no nos parece más efectiva, pero de hacerlo hay que tener la precaución de rebajar siempre el vinagre con agua (no es necesario que esté caliente).

Y al igual que con el limón vigilar que no se evapore del todo, y si es necesario bajar la temperatura hasta 120º. Lo que no vamos a ahorrarnos es pasar la bayeta humedecida y con fruición.

Bicarbonato

¿Qué se limpia con bicarbonato en una cocina…? Prácticamente todo, y el horno no iba a ser menos. Es una solución recomendable en caso de suciedad, digamos, exagerada. Aunque, particularmente, en el caso del horno, es preferible usarlo en combinación con otros remedios, como el vinagre.

Trucos para limpiar tu horno después de las fiestas

La solución quitagrasa más usual es simplemente pulverizar agua tibia y bicarbonato sódico en proporción cuatro a uno. O podemos simplemente añadir una cucharada de bicarbonato al pulverizador de vinagre y agua (ojo… con la espuma).

Pero el bicarbonato es más eficaz si se da directamente. Por ejemplo, si en la base del horno tenemos restos quemados o con manchas de grasa incrustadas. Entonces se puede, simplemente, esparcir directamente el bicarbonato y después rociarlo con el pulverizador con vinagre rebajado con agua. Así lo dejamos actuar durante unas dos horas y después lo limpiamos.

Si no quieres usar vinagre, en vez de usarlo seco convierte el bicarbonato en una pasta al mezclarla con un poco de agua en proporción de cinco a uno. También puedes hacerla más líquida añadiendo más agua (hasta mitad y mitad, como máximo). A más suciedad, más bicarbonato. La pasta la puedes esparcir con una esponja o un trapo a las paredes del horno.

El tiempo es proporcional a la suciedad. Hay quién recomienda incluso dejarlo durante doce horas, pero no es necesario. Basta con unas dos horas. Y el horno, recuerda, apagado… Puedes repetir la operación una o dos veces más.

Otra solución con bicarbonato y vinagre, útil también para paredes del horno que no salen solo con el vinagre, es hacer una pasta mezclando diez cucharadas de vinagre, cuatro de agua y tres de vinagre, que debe añadirse muy poco a poco, porque la reacción química a esta mezcla produce espuma.

La mezcla la dejamos actuar con el horno apagado una hora (o lo calentamos a baja temperatura diez minutos para acelerar el proceso) y aclaramos con el pulverizador de vinagre y agua, limpiamos y, finalmente, frotamos con la bayeta. Debe salir la grasa acumulado con relativa facilidad… Hay quien sugiere emplear levadura en vez de vinagre. No lo hemos probado, porque necesitaríamos cantidades ingente de levadura y, además, no estamos convencidos de su resultado. Puestos a sustituir, además, hemos visto que también hay quien sugiere sustituir en la combinación con el bicarbonato el vinagre por sal gruesa.

Un modo eficaz de actuar sin olor, pero también menos eficaz. Evidentemente, en este caso, hay que dejar diluir por completo la sal, que si no araña…

En todo este proceso, es posible, como hemos dicho, que observes que tu horno no regule las temperaturas de una manera rigurosa… entonces podríamos estar hablando de que necesite reparación. O incluso cambiarlo. Pero de esto hablaremos en nuestra próxima entrada.

¿Y si no para de llover? Una secadora es la solución

Cambio climático, ciclogénesis o simplemente temporal. El caso es que no para de llover. ¿Y qué hago con mi ropa? Una secadora es la solución, aunque en el verano nos parezca que no la estamos amortizando, cuando te acostumbres a ella –y a no tender– no te arrepentirás.

Pero elegir una secadora no es fácil, ya no solo por la existencia infinita de marcas y modelos, sino porque, además, realmente estamos hablando de un producto que vienen a ser cuatro electrodomésticos prácticamente distintos.

¿Y si no para de llover? Una secadora es la solución

Todas son secadoras, pero su tipología y funcionamiento completamente dispar hace que antes que una marca o modelo (ya por si una elección siempre complicada), tengamos que decidir antes si necesitamos una de evacuación, una de condensación, una de bomba de calor o, incluso, si nos basta con una centrifugadora.

O también si lo que queremos realmente es una lavadora-secadora, combo cada vez más presente en el mercado. Aunque ya decimos que solo lo recomendamos si no tenemos más solución porque no disponemos de espacio…

Debe saber de antemano que, por regla general, recomendamos una secadora con mayor capacidad que la lavadora. Es lo óptimo… las hay de los 6 kg. a los 9 kg. de carga. Aunque, como en las lavadoras, lo habitual son entre 7 kg. y 8 kg.

Y que su vida debe ser de más de diez años, similar a la de lavadora.

Ah, y que es un mito que estropee la ropa –ya hay modelos que incluyen además programas antiarrugas–, otra cosa es que no miremos por la ropa. No es lo mismo –ni se tarda– secar algodón que microfibra…

¿Y si no para de llover? Una secadora es la solución

La elección depende, además, de muchos factores más allá de la capacidad o los programas según el tipo de ropa. Hay que tener en cuenta el uso medio que vamos a darle, las dimensiones, si tiene secado por sensores o solo por tiempo, antiarrugas, antivibración o cuál es su potencia sonora.

Por norma, son más ruidosas que las lavadoras. Hay modelos que alcanzan los 65 dB…

Secadoras de evacuación

Era, hasta ahora, el tipo de secadora más habitual. Pero prácticamente están desapareciendo, afortunadamente, pese a que eran aparatos robustos. Tanto las de evacuación electrónica como las mecánicas están despidiéndose del mercado…

Básicamente, se calientan mediante resistencias eléctricas que “inyectan” calor en el bombo a través de una turbina de ventilación. Son de “evacuación” porque necesitan un tubo al exterior por donde expulsan el aire húmedo.

Solo son recomendables si se va a hacer un uso muy ocasional, o de vez en cuando, porque son las más baratas, pero las que más electricidad consumen, hasta 4,8 kWh. Son por tanto muy poco eficientes, con una clasificación energética C. A la larga salen caras…

¿Y si no para de llover? Una secadora es la solución

Secadoras de condensación

Este modelo de secadora sigue usando resistencias eléctricas aunque no necesitan conexión exterior para evacuar la humedad, ya que su mecanismo incluye un intercambiador refrigerado que hace que se condense y acumule en una cubeta. Aún así lo habitual es que necesiten un desagüe.

Tampoco necesitan coger continuamente aire del exterior y por eso gastan bastante menos energía para elevar la temperatura. Son más eficientes (aunque la gran mayoría, por no decir todas, son de clase energética B) que las de evacuación. Las resistencias consumen, y vaya que sí… hasta 4,2 kWh.

El uso recomendable es una periodicidad semanal. Tienen un precio medio entre 300 y 400 euros. Aunque hay modelos, con 7 kilos de carga, desde 240 euros, hasta otros que rozan los 500 euros. La diferencia está en detalles como el condensador autolimpiante, si no deberás limpiarlo entre tres y cuatro veces al año. Y recuerda siempre limpiar el filtro y también los sensores de humedad.

¿Y si no para de llover? Una secadora es la solución

Secadoras de bomba de calor

No tienen comparación. Y no tienen resistencias, sino, como su nombre indica, una simple bomba de calor que calienta el aire y lo transfiere al bombo. Y que, sobre todo, gasta bastante menos electricidad, en torno a 2,2 kWh.

Y son, de hecho, hasta cuatro veces más eficiente energéticamente que las de condensación. Esto significa que se puede encontrar modelos de clase energética A+ y A++ a precios asequibles, a partir de 320 euros. Con lo que están copando prácticamente el mercado. El precio medio, no obstante, está en torno a 600 euros.

Es posible encontrar también modelos A+++ desde 400 euros y 7 kilos de capacidad de carga. Presentan, no obstante, una gama de precios realmente amplia, hasta 1.000 euros.

Son las que recomendamos, también por la calidad del secado y porque ya no tendrás que limpiar filtros ni preocuparte por conductos. Pero debes saber dos cosas importantes.

La primera es que los ciclos de secado con bomba de calor son más lentos que en las de condensación. Su razón es evidente: una bomba de calor no puede llegar a alcanzar las temperaturas de las resistencias…

Y, segundo, no podemos dejar de advertirlo, tienen también más posibilidades de averías, ya que contienen más elementos y piezas, como un compresor o un sistema de expansión. Pero también ocurren porque estas son secadoras recomendadas para un uso diario y, evidentemente, están sometida a un mayor desgaste.

¿Y si no para de llover? Una secadora es la solución

Centrifugadora

Otra opción, si tenemos problema de espacio, es la centrifugadora. No hay muchos modelos en el mercado, pero las que ya han llegado al mercado español dejan la ropa a punto para planchar. Pese a su tamaño reducido, consiguen prácticamente los mismos efectos que las secadoras.

Su funcionamiento es evidente: un tambor similar a de las lavadoras que gira aún a mayor velocidad y de esta manera seca la ropa. Inconvenientes: poca capacidad de carga, solo entre 4,5 y 5 kilos. Y sobre todo el exceso de decibelios de sus 2.300 a 2.800 revoluciones por minuto.

A favor su tamaño: aproximadamente alrededor de los 60 centímetros de altura y los 35 centímetros de anchura, que también son los que suelen tener de profundidad. Y por supuesto su precio, entre 160 y 260 euros. Ah, que no se nos olvide, suelen tener un ciclo muy corto, hasta de 5 minutos.

Y la carga de ropa siempre es superior. Aunque, eso sí, poca ropa y de vez en cuando…

¿Y si no para de llover? Una secadora es la solución

Lavadora secadora

No le hemos prestado mucha atención, porque suelen ser modelos, tanto comparados con las lavadoras o con las secadoras, que consumen más agua y más energía. Raramente encontraremos modelos de eficiencia energética superior a A.

Lo habitual, de hecho, el que sean solo B. Aunque, también es verdad, que si sumamos los consumos de los dos electrodomésticos por separado resulta más barato.

Aunque la recomendamos para un uso del secado realmente esporádico. Y además la eficacia de ese secado no suele ser muy buena, al menos si se compara con la secadora.

Así que para usarla de lavadora… mejor compra una lavadora.

Si presenta la ventaja de un precio de compra más barato que adquirir los dos electrodomésticos por separado. Hay modelos desde 300 euros y hasta 1.500 euros, un precio considerablemente más elevado que la más cara de las lavadoras o de las secadoras.

Aún así también se están comenzando a poner de moda. Y aunque no sea cierto que tengan una doble posibilidad de estropearse, si posee mayor probabilidad de averías.

¿Y si no para de llover? Una secadora es la solución

También hay modelos de lavadora que si ser un combo, traen un programa con función de secado. Ahorran agua gracias a su condensador aire-aire, pero sigue siendo deficiente la calidad del secado frente a las secadoras. Aunque sirven para un desaguisado.

Desde M. J. Suazo esperamos que con estos consejos os sea mucho más sencillo elegir una secadora, sabiendo siempre que es lo que necesitamos y el uso regular que vayamos a darle.

Aún así, si tenéis alguna duda al respecto, desde M. J. Suazo estaremos encantados de ayudaros e intentar solucionarla.

Problemas frecuentes del lavavajillas

Actualmente en la mayoría de los hogares, uno de los electrodomésticos indispensable es el lavavajillas. Esto se debe a que éste nos hace la vida mucho más fácil, ahorrándonos tiempo y trabajo a la hora de fregar.

Es cierto que es uno de los electrodomésticos más sencillos de usar y no es de los que más mantenimiento necesitan, pero a pesar de esto también sufren averías y podemos tener problemas.

Desde M. J. Suazo os queremos contar hoy, los principales problemas y averías que pueden tener más frecuentemente nuestro lavavajillas.

Problemas frecuentes del lavavajillas

Uno de los más comunes es que el lavavajillas no coja agua.

Esto es una consecuencia que puede deberse a varias causas. Una de ellas es que el filtro del extremo de la manguera esté sucio u obstruido, casi siempre por el paso del tiempo. Para comprobar si es así, debemos cerrar la llave de paso de agua y desconectar la manguera. Colocaremos la manguera en un cubo o algún recipiente y volveremos a abrir la llave de paso, y si el agua cae, sabremos que la manguera está dañada.

La manguera puede estar doblada y no obstruida. Puede que al colocarla la última vez que manipuláramos nuestro lavavajillas, no lo hiciésemos bien y dejásemos algún pliegue o doblez. Una vez solucionado, debería volver a llenarse de agua.

Se recomienda revisar todos los canales de paso de agua para verificar qué es lo que está produciendo que el agua no corra de manera normal.

Si tras revisarlo todo vemos que seguimos con el mismo problema, deberemos llamar a un técnico, ya que puede deberse a otro tipo de problemas más específicos.

Si por el contrario, en vez de no llenarse bien, nuestro lavavajillas no desagua correctamente y cuando lo abres aún queda agua dentro, como si el ciclo de lavado no hubiese terminado, puede deberse a estas posibles causas.

Problemas frecuentes del lavavajillas

Una de las causas puede ser un posible atasco en las tuberías de la vivienda. Por otro lado, al igual que con el problema anterior, aquí también puede deberse a que la manguera de desagüe esté doblada. Debemos revisar que no tenga pliegues.

También esta avería puede deberse a la obstrucción en la bomba de desagüe, por algún objeto, que hace que la hélice de vaciado no gire correctamente. Si al poner la bomba en marcha no escucha ruido, lo más probable es que esté obstruido.

Un fallo de corriente del módulo eléctrico también podría ser la causa de la avería, en este caso, esto ya sería algo más grave y que debe arreglar un profesional específico.

Otro de los problemas con los que nos podemos encontrar es que el consumo de sal es excesivo. Esto se da por varias razones, entre ellas que esté en mal estado, defectuosa o dañada tanto la placa electrónica, la electroválvula de regeneración o el propio dosificador. En este último caso, debemos cambiar el ablandador del agua. Otra causa puede ser que el tapón del depósito no cierre herméticamente.

Problemas frecuentes del lavavajillas

Debemos revisarlo todo correctamente para asegurarnos y saber de dónde viene el problema, para atacarlo directamente.

Si la pastilla de detergente no se disuelve, esto podría suponer un problema o alarmarnos de una posible avería, ya que nuestro electrodoméstico no nos limpiaría bien la vajilla, por lo que no estaría realizando su función correctamente. Esto se puede deber a qué el aspa superior tenga problemas de obstrucción y no golpee directamente a la pasilla, y ésta no se disuelva. Que el cajetín no cierre ni abra correctamente, el problema puede estar ocasionado por esto. También debemos comprobar que el cajetín no estuviese húmedo al insertar la pastilla, ya que si ha sido así, la pastilla se habrá quedado pegada, ocasionando que no se disuelva.

Problemas frecuentes del lavavajillas

Si encontramos los pilotos de nuestro lavavajillas parpadeando y no se inicia el lavado, lo más habitual es que la intermitencia se deba a que la puerta no está correctamente cerrada. Los pilotos de los lavavajillas suelen tener sólo dos funciones de alarma, y no son referente a nada mecánico. Tan sólo se encienden cuando le lavavajillas requiere más sal o abrillantador.

Si al finalizar el lavado notamos que hay diferencia en la limpieza entre la bandeja inferior y superior. Normalmente eso suele deberse a que las hélices inferiores o superiores no giran bien. Las inferiores son más fáciles de obstruir y se suele dar por algún cuerpo extraño como un tenedor, cuchillo etc.

Por último, otra de las averías más comunes y a las que nos enfrentamos habitualmente es la de que nuestro lavavajillas no seque correctamente. Una de las causas es que necesite más abrillantador, algo fácil de solucionar. Otros dos motivos por los que se puede dar esta consecuencia, y que ya no son tan sencillos de solucionar, son que la resistencia se haya quemado o deteriorado y que el termostato de nuestro electrodoméstico se haya estropeado.

Problemas frecuentes del lavavajillas

Como veis, existen muchas averías simples con fácil solución y que se puede realizar desde casa y sin invertir demasiado tiempo. Éstas, se pueden evitar llevando un buen mantenimiento y cuidando nuestro lavavajillas. Como hemos visto, en otras ocasiones, las averías o problemas son más graves y necesitaremos de la ayuda de un especialista, por lo que desde M. J. Suazo nos ponemos a vuestra disposición con nuestro servicio técnico.

¿Cómo mantener nuestro aire acondicionado?

Con la llegada del verano el aire acondicionado se convierte en nuestro mejor aliado. Es un placer llegar a casa, encender el aire y calmar el sofocante calor que traemos de la calle.

Pero para que siempre disfrutemos del aire acondicionado al 100% y a pleno rendimiento, sin inesperadas averías y altas facturas, debemos tener en cuenta algunos consejos y cuidados, y así mantenerlo correctamente y conseguir un funcionamiento perfecto.

¿Cómo mantener nuestro aire acondicionado?

Desde M. J. Suazo os damos algunas claves para conseguir sacarle el máximo partido a nuestro aparato y hacer que funcione siempre, como el primer día:

  • Una de las cosas más importantes a tener en cuenta, son los filtros. La limpieza de los filtros es fundamental e imprescindible para el buen estado de nuestro aire acondicionado. Los filtros absorben todas las partículas de polvo del aire de la habitación, por lo que éste se va acumulando dentro de nuestro aire, y una vez lleno, disminuye la capacidad de enfriamiento y el aire deja de ser fluido. Esto conlleva a un mayor gasto sin un correcto funcionamiento. Para evitarlo, se recomienda limpiar los filtro cada 6 meses aproximadamente. Los podremos limpiar con agua y jabón y esperar que estén secos antes de colocarlos. Los aparatos más modernos ya cuentan con una función de limpieza automática, por lo que asegura el buen funcionamiento del aire, en ese aspecto.

¿Cómo mantener nuestro aire acondicionado?

  • Otro aspecto esencial es la carga refrigerante. Debemos revisar que nuestro aparato no tenga ninguna fuga de aire, esto haría que no obtuviésemos todo el aire que estamos consumiendo. Su correcto mantenimiento, evitando fugas, alargará la vida útil de nuestro aparato. La supervisión de posibles fugas, siempre debe ser llevada a cabo por un profesional, especialista en este tipo de trabajos.

¿Cómo mantener nuestro aire acondicionado?

  • Cuando utilizamos el aire, para que podamos disfrutar de ese fresquito, se produce un proceso de evaporación que hace que dentro del sistema se vayan acumulando unas gotas de agua. Si no limpiamos esas gota del desagüe, provocará malos olores o una acumulación de agua sucia, que de no retirarse puede producir averías. Por eso debemos desaguarlo cada cierto tiempo.
  • Hay que revisar también la unidad exterior de nuestro aparato, ya que ésta suele estar situada al exterior y es más probable que no se encuentre en óptima condiciones. Debemos limpiar regularmente el polvo y la suciedad que se incrusta y reducen el rendimiento de los dispositivos interiores y aumenta el consumo eléctrico, además de ser un foco de infección y causa de averías.

¿Cómo mantener nuestro aire acondicionado?

Teniendo en cuenta y llevando a cabo estos consejos conseguiremos que nuestro aire acondicionado rinda al 100% y nosotros disfrutemos de su función. Si por el contrario, tu aparato no funciona correctamente o crees que puede tener una avería, ponte en contacto con nosotros, nuestro servicio técnico estará encantado de solucionar el problema.

¿Utilizas bien el microondas?

Actualmente el microondas es un de los pequeños electrodomésticos más comunes y usados en todos los hogares. Es complicado a día de hoy no ver un microondas es una casa, pero como ya hemos comentado en otros post, se cometen errores al usarlos y muchos de ellos, de los que hablaremos hoy, están relacionados con el cocinado o con el uso que solemos darle.

Desde M. J. Suazo queremos daros algunos consejos para que le saquéis el máximo provecho al microondas, ese gran aliado, que nos puede facilitar mucho el cocinado, en cuanto a tiempo, ahorro en la factura, y nutrición.

¿Utilizas bien el microondas?

Una de las preguntas más importantes que os hacemos desde M. J. Suazo es, ¿utilizáis el microondas para cocinar?, ¿o sólo para calentar?
Si sólo calentamos, estamos desaprovechando muchos de sus usos, es decir, el microondas es perfecto y está diseñado para calentar, descongelar, cocinar y asar y dándole todos esas utilidades, conseguiremos ahorrar tiempo y dinero, además de tener una alimentación más saludable.

Debemos tener en cuenta que, si comparamos el microondas con el horno convencional, a la hora del cocinado, el pequeño electrodomésticos supone entre un 60% – 70% de ahorro, ya que 1 minuto de microondas equivale a 7 minutos de horno convencional.

¿Utilizas bien el microondas?

Una forma de ahorrar tiempo, dinero y comer de forma más saludable es freír en el microondas. ¿Lo has hecho alguna vez? Es mas rápido, por lo que ahorramos tiempo y a su vez dinero. Además, los alimentos reciben menos aceite que en las sartenes tradicionales, por lo que nuestra dieta nos lo agradecerá.
Cualquier cosa que quieras cocinar, tanto en la sartén como en el horno, puedes hacerlo en el microondas y podrás beneficiarte de todas las ventajas que os hemos mencionado anteriormente y añadiendo incluso alguna más, como la limpieza y evitar los desagradables olores que supone cocinar en el microondas, frente la suciedad y abundancia de olor a comida que genera la cocina más tradicional con sartenes.

¿Utilizas bien el microondas?
Si sigues nuestros consejos conseguirás disfrutar más y sacarle el máximo partido al microondas, convirtiéndolo en tu aliado perfecto para ahorrar tiempo, dinero, comer de forma más saludable y evitar una costosa limpieza y desagradables olores.
Si tienes alguna duda, o necesitas revisar tu microondas para que funcione correctamente y puedas beneficiarte de todas sus ventajas, contacta con nosotros, en M. J. Suazo estaremos encantados de ayudarte y asesorarte.

Consejos para ahorrar con tus electrodomésticos

Los electrodomésticos necesariamente consumen energía para su funcionamiento, de ahí la importancia de mejorar la forma de usarlos, para conseguir la mayor eficiencia de cada aparato y lograr de este modo reducir nuestro consumo.

Desde M. J. Suazo os vamos a dar unas simples pautas que si las realizas lo notarás en tu factura:

Frigorífico

Es el electrodoméstico que más electricidad consume en el hogar. Sus prestaciones dependen de las condiciones del lugar donde se ubique. La pérdida de frío aumenta el gasto energético. Evítela abriendo lo mínimo la puerta o permitiendo la circulación de aire por la parte trasera. Las clases más eficientes cuentan con un mejor aislamiento.

Lavadora

Es el tercer electrodoméstico que más energía consume en el hogar español. Hay que aprovechar al máximo la capacidad de la lavadora llenándola del todo en cada lavado y utilizar los programas de baja temperatura, ya que la mayor parte de la energía se utiliza para calentar el agua.

Lavavajillas

El 90% de su consumo de energía se destina a calentar el agua. Hay que usarlo sólo cuando esté completamente lleno y con los programas económicos que permiten reaprovechar el calor. Hay estudios que demuestran que es más económico en recursos lavar la vajilla en ellos que fregando a mano.

 Secadora

Las secadoras menos consumidoras son las de gas y las que incluyen ciclos con enfriamiento progresivo. Es conveniente centrifugar la ropa al máximo para ahorrar energía durante el secado y procurar que trabaje siempre a carga completa.

Lavadora – Secadora

Combina dos funciones en un sólo equipo aunque realmente sólo se puede secar la mitad de la ropa que se puede lavar. Como lavadora resulta ligeramente peor que una lavadora sola y como secadora, se trata del tipo especial de secado por condensación, más eficiente que el de ventilación.

Horno

Los de gas son mucho más eficientes, pero los eléctricos son más frecuentes. Cada vez que se abre la puerta, se pierde un mínimo del 20% de la energía acumulada en su interior, por lo que se recomienda no abrirlo innecesariamente y cocinar, si es posible, de una vez el mayor número de alimentos.

Los errores más comunes en secadoras

Los fallos más comunes de las secadoras son:

Mi secadora no enciende:

Compruebe que el enchufe donde está conectada tiene corriente con un pequeño aparato eléctrico. Si tiene corriente y sigue sin funcionar solicite nuestros servicios.

Mi secadora no calienta pero gira el bombo:

Es posible que haya saltado el termostato de seguridad, si fuera de rearme manual, en la parte posterior de la secadora debe haber un botón que deberá pulsar. Sino hubiera ningún botón, es posible que se haya estropeado algún termostato o la resistencia. Si cree que puede reemplazarlo con éxito acceda a ella, en la mayoría de los casos se encuentra en la parte posterior del cesto, en caso contrario llámenos le atenderemos con sumo gusto.

Mi secadora tarda más que antes en secar:

Asegúrese de que la evacuación del aire está libre y limpio de restos de algodón. El conducto interior, puede que esté provocando que salte el termostato de seguridad por exceso de temperatura

No gira el tambor de mi secadora:

Deberá observar si gira el motor, si es así, la correa está rota y debe cambiarla. En algunas secadoras este cambio es un tanto complejo, por lo que recomendamos que se ponga en contacto con nosotros.

Mi secadora hace mucho ruido:

Habrá que identificar qué es lo que lo provoca pero tanto si es el portarrodamiento como los patines donde se apoyan la parte delantera del cesto, es aconsejable llamar al técnico.

 Si tu secadora te está dando otro tipo de fallo puedes enviarnos una consulta o ponerte en contacto con nosotros. Intentaremos solucionártelo telefónicamente y si no es posible, nos acercaremos a tu hogar.

Acuerdo de M. J. Suazo López y la Asociación de Hostelería de Chiclana

En M. J. Suazo López estamos comprometidos con los hosteleros de Chiclana, por ello, hemos llegado a un acuerdo con ellos por el cual pueden beneficiarse de un 15% de descuento en todos nuestros servicios.

Para acogerte a este descuento, sólo tienes que identificarte como socio de la Asociación de Hostelería de Chiclana y se te aplicará el 15% de dto tanto en servicio técnico, como en recambios o repuestos como en venta de maquinaria de hostelería y frío industrial.

 

Asociación de Hostelería de Chiclana